Poco a poco, los indignados van desapareciendo de nuestras plazas (algunas veces pacíficamente y otras no tanto), y aunque yo era el primero que decía que no veía mucho sentido a permanecer ahí eternamente, entiendo el simbolismo de su acto. Sin embargo, me indigno al ver como los ayuntamientos y gobiernos quitan de en medio a esta gente (que en el fondo somos todos, el pueblo) porque han decidido que ya ha sido suficiente. Nos han tratado como a un niño que le dejan que juegue con un juguete un tiempo y luego se lo quitan. Parece como si nos hubieran dado permiso para protestar unas semanas y ya se nos hubiera acabado el tiempo. Nos borran y ya está, como si nunca hubiéramos existido. Y la mayoría del pueblo nos quedamos callados. ¿Dónde está ese espíritu rebelde del 15-M? Estamos en un momento crucial, vital, si desistimos, será como si nada hubiera pasado, como si no hubiésemos conseguido nada, como si sólo hubiera sido una rabieta de un niño que unicamente quería entretenerse un rato. Y mientras ellos siguen corrompiendo, llevándose los dineros y haciéndonos creer que velan por nosotros, cuando lo hacen por sus bolsillos... !Esta lucha no se acaba aquí!
Me indigno también con la vida. Hoy nos enteramos de que Antonio Gala tiene un cáncer que le va a dar mucha guerra. Esperemos que este gran artista le gane la batalla a esta mierda de enfermedad, porque la vida no sería igual sin el talento y el carisma de Antonio Gala...
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